Expirado
Libro revista

Incluye profundos análisis que alertan sobre los peligros que amenazan a nuestra especie, como consecuencia de un desentendimiento profundo, como afirman no solo filósofos, sino también empresarios.

Estas esclarecedoras reflexiones advierten que el futuro de las generaciones contemporáneas está en juego; las recogimos en el proyecto “Diálogo Intercultural y Responsabilidad Social”, que busca difundir ese tema en publicaciones impresas y digitales. Para eso organizamos jornadas y simposios, fruto de la colaboración del Foro Ecuménico Social, la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, y las universidades de Buenos Aires y de Salamanca.

Empezamos también un Observatorio de Buenas Prácticas en la materia, con un documento inicial elaborado por investigadores de Salamanca, que se puede leer en la segunda sección.

Declarado de interés cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, contó con el auspicio de varias empresas (Telefónica, Gas Natural, y Banco Galicia entre ellas), algunas de las cuales realizaron aportes realizados en el marco de Mecenazgo de la CABA.

La sección Diálogo Intercultural de la nueva web Foro E incluye una síntesis de las ideas y propuestas sobre esa cuestión, expuestas en el Foro Ecuménico Social. Esa organización ha acumulado una información inédita, única en el mundo, sobre esas cuestiones, que se están sistematizando en el Observatorio permanente, y que dará lugar a un Banco de Buenas Prácticas, que a su vez impulsará la difusión y la investigación de esas problemáticas.

En Iberoamérica no se ha profundizado en forma suficiente en el conocimiento de la dimensión cultural de la sociedad, para, de esa manera, lograr políticas públicas eficaces que reconozcan la diversidad cultural. Eso ha  frenado la cohesión social y el desarrollo. Incluso se observan aun hoy prácticas culturales que afectan derechos humanos y libertades fundamentales, y que constituyen una barrera de acceso de parte de la población a los bienes culturales y materiales.

Por eso se debe profundizar el análisis, estudio y conocimiento de las realidades culturales, objetivo que se busca con esta iniciativa. De esta forma se fomenta el reconocimiento y la cooperación mutua entre culturas y acuerdos para la coordinación de actuaciones que logren una mayor eficacia en la defensa de la diversidad cultural. Del mismo modo falta un análisis de las políticas de los gobiernos y las iniciativas de diversos agentes (ONG, iglesias, movimientos sociales y empresas) para reconocer esta diversidad cultural y favorecer el diálogo intercultural en un sentido amplio.

El proyecto tiene el objetivo de poner a disposición esta información para que sean conocidas las mejores prácticas realizadas por estos agentes públicos, privados y del tercer sector, y también para que se puedan analizar las sinergias existentes entre sus iniciativas y las posibilidades de colaboración que se abren. Este Observatorio y su Banco de buenas prácticas puede servir de referencia para múltiples agentes públicos, privados y del tercer sector para el diseño de políticas más útiles y eficaces a partir de experiencias exitosas precedentes, por supuesto siempre adaptadas a las diferentes realidades.

Los esfuerzos de diálogo intercultural tienen que apuntar a los sectores más desfavorecidos, que en la mayoría de los casos provienen de ámbitos relegados, como es el caso de los descendientes de indígenas. Este es un capítulo relevante que busca hacer justicia con ellos. Y por eso cuando se piensa en la educación de los jóvenes, hay que involucrar a esas poblaciones. No es casual que en las campañas de Inserción Laboral de Jóvenes del Foro Ecuménico Social, muchos de los que son beneficiados tienen sus orígenes en las comunidades aborígenes. La educación para jóvenes es entonces un tema central, y a ella le dedicamos una sección en esta publicación.

No habrá soluciones verdaderas sin Responsabilidad Social y Ciudadana, y a ese objetivo dedicamos otra sección.

Como en todas las ediciones, la última parte está destinada a los premios que otorga el Foro, a esas buenas prácticas de empresas y ONG que merecen reconocimiento, a los que se suma el nuevo concurso Jean-Yves Calvez a la Responsabilidad Ciudadana, en homenaje al pensador jesuita que tanto hizo por la ética política en Latinoamérica y en el mundo, quien fue presidente del Foro Ecuménico Social.

No podemos considerar la Responsabilidad Social sin tener en cuenta la ética ciudadana. Y sin tener en cuenta la irresponsabilidad de organizaciones en las que se observa una brecha entre valores y praxis. La Responsabilidad Social implica no solo el respeto de los derechos humanos que proclaman las Naciones Unidas, sino acciones para defender esos derechos. Implica lograr mejoras en favor de los empleados, los clientes, los proveedores, en favor del medio ambiente, y de la comunidad. Significa actuar bien, y demostrarlo. Quienes no lo hagan, no merecen ser considerados socialmente responsables.

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