Expirado
Empresas

El cuidado como paradigma para el diseño organizacional; la generación de valor social.

Nota en el diario El Cronista.

“Perfect day” es el nombre de la nueva película japonesa del genial Win Wenders (y también de la famosa canción de Lou Reed), que presenta la vida de un hombre que vive una vida sencilla, disfrutando libros, música, árboles, al margen del aceleramiento de la vida en la era digital. De alguna manera es una reacción ante lo que han explicado pensadores actuales como Biung Chul Han o Slavoj Žižek. El filosófo surcoreano lo describe como la sociedad del cansancio, de quienes llevan una vida frenética, de explotación y autoexplotación. Zizek apela a Bartleby el escribiente, de Melville, que manifiesta cuando se le pide algo: «Preferiría que no» “I would prefer not to”. 

Borges lo narra muy bien al referirse a esa obra: “Bartleby es un escribiente de Wall Street, que sirve en el despacho de un abogado y que se niega, con una suerte de humilde terquedad, a ejecutar trabajo alguno”.

En el relato Bartleby ante los requerimientos de su empleador repite esa frase, hasta que finalmente decide no escribir más, por lo que es despedido, pero se niega a irse de la oficina, es detenido y se deja morir de hambre en la cárcel.

Borges explica que “no sólo obra de una manera contraria a toda lógica sino que obliga a los demás a ser sus cómplices. Bartleby es más que un artificio o un ocio de la imaginación onírica; es, fundamentalmente, un libro triste y verdadero que nos muestra esa inutilidad esencial, que es una de las cotidianas ironías del universo” (“Prólogos de la Biblioteca de Babel”, 1997). 

Hay quienes prefieren disfrutar en vez de autoinmolarse, como el personaje del mencionado film, que trabaja pero dispone de su tiempo para lo que le gusta, sin estar pendiente de las demandas de las avasallantes tecnologías. 

Es parecido a lo que propone Ingman Bergman en el final de la trágica y a la vez reconfortante película Fanny y Alexander; ante un mundo que “corre como un perro loco: ser felices, tanto como podamos, ser afectivos, amorosos, amables y buenos”; y agrega: “Es necesario, y no vergonzoso, disfrutar en este pequeño mundo: buenas comidas, sonrisas amables, árboles floreciendo, vals…”.  O, como escribió Borges en su Autobiografía: buscar “la paz, el disfrute del pensamiento y de la amistad, y aunque sea demasiado ambicioso, la sensación de amar y ser amado”.

Hay muchos que renuncian a la “corpo” porque no pueden soportar un clima extenuante, una contínua presión de lleva a la enfermedad. Las grandes corporaciones lo deberían tener más en cuenta. Se trata aplicar el “paradigma del cuidado”, cuidar al otro, como señalaba el profesor Darío Fainsod en una cátedra del Foro Ecuménico Social, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, siguiendo a ese gran gurú que se llama Jorge Etkin.

La alternativa es la que plantea Wenders en esa nueva joya del séptimo arte, “Perfect day”: cuidarse a sí mismo, reconfortarse, sin ceder a los sobornos de la sociedad de la cuarta revolución industrial.   

Fernando Flores Maio

Sociólogo, periodista, escritor, director del Foro Ecuménico Social.