Expirado
Empresas

Ética y economía en debate.

Nota en la revista Noticias:

Hay muchos economistas que se niegan a abordar la responsabilidad social de las empresas y son escépticos en cuanto a sus resultados. Esta cuestión dará lugar a un debate que protagonizará este martes Stefano Zamagni, catedrático de la Universidad de Bolonia, de la Johns Hopkins, y presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, asesor de los Papas Juan Pablo II, Benedicto 16 y Francisco, en la jesuita universidad Comillas de Madrid, en un seminario organizado por el Foro Ecuménico Social con esa institución y la universidad Rey Juan Carlos.

Los detractores de la RSE piensan que la economía no debería tener nada que ver con la cuestión de los valores y que no tiene sentido cargar aún más a las empresas exigiéndoles que adopten reglas que van más allá del cumplimiento de los requisitos legales.

En una mesa con otros profesores, y con directivos, entre ellos el empresario Luis Bameule y Jorge Lukowski (Neoris) Zamagni analizará críticamente la visión que todavía predomina hoy, que se originó con Milton Friedman, cofundador y principal exponente de la “Escuela de Chicago”, y que fue desarrollada por una multitud de académicos importantes.

Zamagni cree que es imprudentemente reduccionista caracterizar a la empresa como un mero “nexo de contratos” entre diferentes partes, atribuyéndole un único propósito: la maximización de beneficios como la única métrica reconocida del éxito empresarial. Este enfoque, sostiene, tiene graves defectos, el más relevante de los cuales es su reduccionismo, ya que la empresa puede hacer mucho más y mejor que maximizar únicamente los beneficios.

La empresa, sostiene, será socialmente responsable si devuelve a la actividad económica su dimensión ética. Esto va mucho más allá de ponerle un nuevo abrigo a un sistema viejo. Una organización que abraza con convicción la idea de la RSE y cuyas prácticas la refuerzan, puede no obstante no mantener el compromiso social a lo largo del tiempo si responde a las presiones externas (como las fuerzas competitivas o los mandatos gubernamentales) que obligan a elegir entre la supervivencia y las prácticas de RSE, y si promueve a niveles de liderazgo a personas que, al no valorar los procesos de RSE, provocan su erosión final. Un caso en el que esto ocurre es cuando la organización no recompensa el comportamiento socialmente responsable de la misma manera que recompensa al personal que cumple objetivos financieros.

Desde hace mucho tiempo Zamagni viene destacando que uno de los mayores desafíos de la RSE es la ética. La sustentabilidad, subraya, debe afrontar seriamente la teoría ética que considere más adecuada, en las condiciones actuales de una economía globalizada, para permitir que las empresas formulen un nuevo y más poderoso contrato con la sociedad y recuperen su lugar como motor del cambio social y el progreso. Advierte que, si bien los principios éticos están bien desarrollados desde hace mucho tiempo en lo que respecta al comportamiento individual, no se puede decir lo mismo de las empresas. Sin embargo, para él, la corporación es un agente moral, en la medida en que reclama el estatus de una persona jurídica independiente que es dueña de sí misma.

En eso coincide con el economista argentino Adolfo Sturzenegger, que en esa misma línea elaboró un trabajo hace más de 20 años para el Foro Ecuménico Social, que sirvió de base para evaluar certámenes a los que se presentan muchas empresas, y para las cuales la RSE es fundamental.

Será un interesante debate entonces, en el cual intervendrán profesores de la universidad Comillas (José Luis Fernández Fernández y Javier Márquez Vigil), de la Rey Juan Carlos (Alicia Blanco González, Sandra Escamilla Solano, Jorge Urosa Sánchez y Francisco Marhuenda) y de Burgos (Marta González Álvarez), además de los que representan a las empresas. Será presencial pero el público podrá participar gratuitamente a través de la web de la Universidad Comillas.

Fernando Flores Maio

Sociólogo, periodista, escritor y director del Foro Ecuménico Social.