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Informes medibles y comparables

En la Argentina la RSE es un concepto muy difundido por los medios, pero no siempre diferencian a aquellas compañías que exhiben logros medibles y comparables de otras que no lo hacen.

Cuando las empresas en la Argentina firmaron el Pacto Mundial, muchas estaban solo “para la foto” y después pasaron los años y no hicieron nada. Pero eso no bastaba, ya que la gente quiere muestras claras, explicadas, de lo que se hace. La cuestión era cómo se presentaban las informaciones. Se requerían nuevos instrumentos de medición para evaluar con mayor detalle las actividades de las empresas. Un avance importante en esa dirección fue el trabajo que le pidió el Foro Ecuménico Social en 2002 al economista Adolfo Sturzenegger para definir la estructura de un Indice de RSE.
Hoy en la Argentina la RSE es un concepto muy difundido por los medios, pero no siempre diferencian a aquellas compañías que pueden exhibir logros medibles y comparables de otras que no saben muy bien de qué se trata, o solo buscan satisfacer un interés de corto plazo, un objetivo de marketing, o mejorar su imagen pública.
Como en otras áreas, los periodistas tenemos que identificar, con honestidad, quienes son los que ofrecen pruebas irrefutables de su actividad, y pedir explicaciones a quienes no dan suficientes datos, porque no los tienen o porque quizá no saben o no quieren comunicarlos.
Ayudan mucho las memorias o reportes sociales, que estén auditados o tengan una verificación externa
Hay empresas que se han dedicado a dar respuestas, con programas ambiciosos, en ciertos casos ampliamente exitosos, que el Foro Ecuménico Social ha venido premiando.
El Estado y el Mercado no son suficientes para resolver los problemas sociales y de ahí el importante rol que pueden tener las empresas en ese campo. Además a las compañías les va bien si las sociedades evolucionan, como opinó el CEO Internacional de Telefónica, José María Alvarez Pallete, al recibir el Premio Latinoamericano a la Responsabilidad de Empresas, que le otorgó el Foro Ecuménico Social en 2008. Por eso Alvarez Pallete propuso contribuir a mejorar el status de vida de muchos millones de personas, "algunos de ellos en situaciones muy difíciles".
Pero la acción social es valiosa en la medida en que la RSE esté en el corazón de la compañía, como insistía el presidente del Foro, Jean-Yves Calvez. No podemos confinar la RSE a la acción social, como algunos pretenden. El Foro ha ido más allá. Nos hemos dedicado en estos años a repensar la Responsabilidad Social. Y la irresponsabilidad, de la que hablan con gran claridad dirigentes de varias empresas, en tiempos de cólera financiera, remarca el profesor Paul Dembinski (Observatoire de la Finance), en los que más se ha visto la brecha entre valores y praxis en organizaciones, enseña el profesor Jorge Etkin (UBA). Se trata de una crisis ética, cultural y hasta filosófica. De ahí la necesidad de confianza, transparencia y sostenibilidad, en términos de Susana Gallego, Gerente de la Oficina de Principios de Actuación del Grupo  Telefónica, en la ponencia en el seminario que organizó el Foro Ecuménico Social en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el 4 de noviembre de 2009.
La RSE implica no solo el respeto de los derechos humanos que proclaman las Naciones Unidas, sino acciones para defender esos derechos. Implica lograr mejoras en favor de los empleados, los clientes, los proveedores, en favor del medio ambiente. Significa actuar bien, y demostrarlo, teniendo en cuenta criterios internacionales como los GRI y la AA1000, o los criterios que figuran en el Premio Latinoamericano a la Responsabilidad de Empresas. Quienes no lo hagan, no merecen ser considerados como socialmente responsables.

Fernando Flores Maio